Confesiones de un torpe con los cumplidos

¿Por qué tú mamá es tan hermosa?

Fue la pregunta que me hizo una amiga un día que mi madre fue a visitarnos en la oficina en la que trabajamos.

Y entonces añadió algo como:

Cuando entró por esa puerta parecía como bajada del cielo, luciendo un cabello perfecto y caminando como un ángel.

Wow.

Vaya comentario.

Yo no sabía qué decir.

Así que solo dije «la verdad no sé«.

Eso y una breve sonrisa nerviosa.

Nunca he sabido cómo responder a los cumplidos. Ni siquiera cuando no están dirigidos hacia mí.

Y precisamente porque ese cumplido no estaba dirigido hacia mí, me puse a pensar:

«Tengo que decirle eso a mi madre. Estoy seguro de que le alegrará escuchar el comentario que mi amiga hizo

Y uno o dos días después, cuando vi a mi madre de nuevo, lo único que le dije fue «mi amiga dice que tienes un pelo muy bonito«.

What?

¿Qué pasó?

Es que tampoco soy bueno haciendo cumplidos, incluso cuando lo único que tengo que hacer es repetir las palabras de alguien más.

Me siento raro intentando decirle algo agradable a alguien más.

Sí, ya sé. Soy un bicho raro.

¿Alguna vez has leído el libro Cómo ganar amigos e influir sobre las personas de Dale Carnegie?

Es uno de los mejores manuales de relaciones humanas que he leído, si no el mejor.

Entre sus páginas menciona lo bien que puedes hacer sentir a una persona con un comentario amable (como el de mi amiga hacia mi madre). Y también dice que ya que no nos cuesta nada, deberíamos hacerlo con más frecuencia de la que lo hacemos.

Bueno, me sé la teoría, pero ponerla en práctica me cuesta como no tienes idea.

Así como hay personas que pueden hacer un cumplido de la forma más natural, hay otras para las que la sola idea de hacerlo genera estrés. Y yo estoy en el segundo grupo.

Y ya que hablamos de esos dos extremos, ¿quieres oír algo chistoso?

Mientras yo estoy en el extremo de «se me hace difícil decirle cosas bonitas a la gente», mi novia está en el otro extremo. Para ella hacerle un cumplido a alguien es lo más natural del mundo (y como no habla español a veces me pide que traduzca sus cumplidos y se los diga a otras personas).

Supongo que puedo aprender un poco de ella.

Y lo digo en serio.

Si unas palabras amables pueden alegrar el día de alguien, quiero aprender a hacerlo.

Sé que me sentiré raro durante un tiempo, pero como en todas las cosas, creo que con práctica se irá haciendo más fácil.

Pues eso.

Esa es mi reflexión para esta semana.

Ya te contaré cómo me va con esto.

Y si a ti también te cuesta eso de hacer cumplidos, quizá leer esto sea una señal para que tú también lo intentes.

O no. No soy tu padre para decirte qué hacer.

Pero si decides hacerlo, no te olvides de volver por aquí y contarme cómo te fue.

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